
Conclusión
Los humanos de los últimos 100 años han:
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Creado arte, música y cultura hermosos.
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Llegado a la luna y logrado nuevos avances en la ciencia.
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Tenido un impacto más destructivo en el resto del planeta que cualquier otro ser vivo en la historia, superó en la conducción de la extinción de especies solo por eventos catastróficos de la escala del meteorito que llevó a la extinción de los dinosaurios.
Hasta que los humanos se den cuenta de que todos somos partes interconectadas de la naturaleza, que necesitamos respetar las relaciones que nos unen, y que la manera en que nos comunicamos es lo que realmente puede provocar un cambio, los hijos de nuestros hijos no vivirán en el lugar seguro, dinámico y vivo que las generaciones de nuestros antepasados han dado por sentado. El sentido común es que esto es el hombre contra la naturaleza. El sentido poco común es que somos naturaleza.
Necesitamos un nuevo sentido común.
“La acción es el antídoto contra la desesperación.”
Joan Baez
Hay semillas que crecen:
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Economías agroecológicas como Papúa Occidental.
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Movimientos globales encabezados por indígenas.
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La percepción de la selva amazónica como un tesoro más que una materia prima.
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Aumento del interés en nuevos modelos económicos de poscrecimiento, pensamiento indígena y de complejidad.
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Los defensores priorizan la fuerza del movimiento y la justicia social junto con las metas regulares.
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Países que otorgan ciudadanía y derechos a los ríos.
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Fundaciones benéficas que entregan su dinero a la sociedad civil sin condiciones.
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Sociedades de colonizadores que comienzan a lidiar con sus sangrientos legados.
“Y lo que parecía casi imposible mirando hacia adelante parece casi inevitable mirando hacia atrás.”
Frances R. Westley, Getting to Maybe: How the World Is Changed
Pero no es suficiente. El enfoque iterativo de la mayoría de las iniciativas corporativas de Gobernanza Ambiental y Social (Environmental and Social Governance, ESG) es reiterado y poco probable que catalice el cambio sistémico lo suficiente. La polarización política, la desinformación, los ultrafalsos y las cámaras de eco en las redes sociales son más dominantes y generalizadas que nunca, aumentando la difusión de teorías de conspiración.
Necesitamos un salto, no un paso hacia adelante. Gobiernos y economías que valoran la reciprocidad más que el crecimiento, que otorgan y hacen cumplir los derechos colectivos sobre la tierra y los recursos naturales junto con la justicia ambiental interseccional. Y un entendimiento de que juntos, cada uno de nosotros tiene el poder de hacer que los gobiernos y las empresas asuman la responsabilidad, realicen los cambios a corto plazo para salvaguardar el planeta que amamos y del cual somos parte.
“Cada momento es una oportunidad de organización, cada persona es un activista potencial, cada minuto es una oportunidad para cambiar el mundo.”
Dolores Huerta
Cada uno de nosotros puede luchar por el cambio. Comencemos una revolución con sentido poco común.
Esperamos que este libro le ayude a dar ese salto hacia adelante en cualquier trabajo que realice.
Lo invitamos a tomar prestado lo que le guste, ignorar lo que no, y compartir sus opiniones sobre lo que podría añadirse o mejorarse. Queremos generar conversaciones en diferentes idiomas y culturas sobre cómo podemos contribuir a que el mundo sea un poquito mejor. Hagamos que un futuro más colectivo y sostenible sea inevitable.